Casa en la Costa Brava
#all #residential
Un hogar para vivir con los cinco sentidos en la Costa Brava
Fran y Gemma hace años que trabajan en remoto, viajando por todo el mundo, pero con la llegada de sus dos pequeños deciden cambiar el rumbo y emprender el proyecto de sus sueños: una casa con vistas al mar y un amplio jardín, que les permita disfrutar en familia y trabajar rodeados de naturaleza.
En el encantador pueblo de Premià de Dalt, en la Costa Brava es donde se encuentra esta vivienda, un proyecto de reforma integral en el que hemos acompañado al cliente desde el principio. Tras visitar y analizar varias propiedades, escogimos ésta: una parcela de 1.260m2, de los cuales 280m2 son de la casa, oficina y sala de yoga, y el resto del jardín, que envuelve y abraza la construcción. Ubicada en medio de la montaña, el terreno cuenta con un desnivel que permite disfrutar del paisaje de montaña y el horizonte del mar.
Un interior mimetizado con la naturaleza
La vivienda, que antes estaba compartimentada y con instalaciones obsoletas, ha sido transformada para generar un espacio fluido y conectado con el exterior. El proyecto de interiorismo se centró en abrir la casa hacia el jardín y la luz natural, creando una zona de día diáfana, con un salón principal que ahora disfruta de una nueva perspectiva hacia la vegetación y el mar. Elementos como la puerta pizarra corredera, que permite dividir el espacio según las necesidades y materiales como la madera de roble, el microcemento o el mármol aportan un equilibrio sensorial que armoniza la estética del interior con el entorno natural. Además, se incluyó un rincón de calma junto a la chimenea y detalles de la tradición catalana, como los suelos de rasilla y elementos cerámicos, que crean un ambiente acogedor y atemporal.
Un oasis de paz y bienestar al aire libre
El exterior se ha diseñado para integrarse de forma continua con el interior, aprovechando la luz y las vistas al jardín, la montaña y el mar. Se ha retirado el muro cerámico del patio para ampliar la perspectiva desde el salón y se ha creado una "vetanabanco" que conecta el patio delantero con la luz del sur, ideal para leer o disfrutar de un café. Además, la zona exterior incluye una cocina con parrilla a medida, perfecta para reuniones familiares, y una oficina en el bosque, separada de las actividades cotidianas del hogar, que ofrece vistas directas al jardín. Finalmente, la caseta de piscina se ha convertido en una sala de juegos y yoga, con una nueva ventana que permite que la luz del amanecer inunde el espacio, creando un refugio de paz y bienestar.
- Superficie: 280 m2 (casa), 980 m2 (jardín)
- Localización: Premià de Dalt, Costa Brava
- Fotógrafo: Jordi Miralles
- Carpintería: Marber Fusters
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